Seguro que ya has leído en clase alguno de los cuentos clásicos. Prepárate para el gran desafío. Mira estos pequeños vídeos antes de hacer los retos cooperativos ¡Adelante!
En una ciudad de Oriente Medio vivía un joven pobre llamado Aladino, que pasaba sus días holgazaneando y soñando con una vida mejor. Un día, mientras jugaba en la calle, un anciano le ofreció una lámpara mágica a cambio de su vieja lámpara de aceite. Aladino, sin saber el valor que tenía la lámpara, aceptó el intercambio.
Al llegar a su casa, Aladino frotó la lámpara para limpiarla y, de repente, un genio enorme emergió de su interior. El genio le concedió a Aladino tres deseos para cumplirle cualquier anhelo que tuviera. Aladino, impactado por la situación, pidió riquezas, poder y la mano de la bella princesa Jasmine.
Con la ayuda del genio, Aladino se convirtió en un príncipe rico y poderoso, conquistó el corazón de Jasmine y vivieron una vida llena de lujos y aventuras. Sin embargo, Aladino también aprendió que la verdadera felicidad no reside en las riquezas o el poder, sino en el amor, la bondad y la humildad.
Moraleja: La ambición desmedida puede llevarnos por el mal camino. Es importante valorar lo que tenemos y ser agradecidos por lo que la vida nos ofrece.
En un pequeño pueblo italiano vivía un
anciano carpintero llamado Geppetto, quien anhelaba tener un hijo más que nada
en el mundo. Un día, mientras tallaba un pedazo de madera, Geppetto le dio
forma a una marioneta a la que llamó Pinocho. Deseando con todo su corazón que
su creación cobrara vida, Geppetto hizo una plegaria a la Hada Madrina.
Esa noche, la Hada Madrina apareció en
el taller de Geppetto y, con un toque mágico, le dio vida a Pinocho. La
marioneta se movía y hablaba, pero aún tenía pies de madera y una nariz larga y
puntiaguda. Geppetto, lleno de alegría, abrazó a su hijo de madera y le enseñó
los valores de la bondad y la honestidad.
Al día siguiente, Pinocho, emocionado
por descubrir el mundo, se dirigió a la escuela con un libro bajo el brazo. Sin
embargo, en el camino se encontró con el Zorro y el Gato, dos titiriteros
embaucadores que lo convencieron de vender sus libros para comprar entradas
para un espectáculo. Pinocho, ingenuo y crédulo, aceptó su oferta y terminó
siendo engañado y vendido como títere.
Encerrado en una jaula, Pinocho conoció
a Grillo, un sabio insecto que le advirtió sobre los peligros de las mentiras y
la deshonestidad. Pinocho, molesto por sus palabras, lo ignoró y continuó con
sus travesuras.
Más tarde, Pinocho fue rescatado por la
Hada Madrina, quien lo llevó a una isla mágica donde los deseos se hacían
realidad. Pinocho, ansioso por convertirse en un niño real, le pidió a la Hada
Madrina que lo transformara. Sin embargo, la Hada Madrina le advirtió que solo
podría convertirse en un niño real si era honesto y bondadoso.
Pinocho, decidido a lograr su sueño,
mintió a la Hada Madrina sobre su tamaño, lo que provocó que su nariz creciera
desmesuradamente. Avergonzado y arrepentido, Pinocho prometió ser honesto a
partir de ese momento.
Al día siguiente, mientras nadaba en el
mar, Pinocho fue tragado por una ballena gigante. Dentro de la ballena, Pinocho
encontró a Geppetto, quien había sido tragado por la misma ballena mientras lo
buscaba. Juntos, idearon un plan para escapar y lograron salir del vientre de
la ballena.
Tras esta experiencia, Pinocho
finalmente comprendió la importancia de la honestidad y la bondad. Con lágrimas
en los ojos, le pidió perdón a la Hada Madrina por sus mentiras. El Hada
Madrina, conmovida por su arrepentimiento, convirtió a Pinocho en un niño real
de carne y hueso.
Pinocho, feliz y emocionado, abrazó a
Geppetto y juntos regresaron a casa. Finalmente, Pinocho había cumplido su
sueño de convertirse en un niño real, no solo por su apariencia, sino por su
corazón bondadoso y honesto.
Moraleja: La
honestidad, la bondad y el arrepentimiento son claves para alcanzar nuestros
sueños y convertirnos en mejores personas. Las mentiras y las travesuras solo
nos alejan de nuestros objetivos y nos traen problemas.
n un bosque frondoso vivían tres cerditos que, hartos de la vida con su madre, decidieron construir sus propias casas. El primer cerdito, perezoso y apresurado, construyó una casa de paja en un solo día. El segundo cerdito, un poco más trabajador, construyó una casa de madera en dos días. El tercer cerdito, el más precavido y laborioso, dedicó varios días a construir una casa de ladrillo y cemento.
Un lobo feroz que rondaba por el bosque, al ver las frágiles casas de paja y madera, sopló con fuerza y las derrumbó fácilmente. Los dos cerditos asustados corrieron a refugiarse en la casa del tercer cerdito. El lobo sopló con todas sus fuerzas, pero la casa de ladrillo y cemento resistió firme. Frustado, el lobo intentó trepar por la chimenea, pero el tercer cerdito, avispado, había puesto una olla con agua hirviendo en su interior. El lobo aulló de dolor y huyó del bosque para no volver jamás.
Moraleja: El trabajo duro, la perseverancia y la precaución son claves para alcanzar nuestros objetivos y protegernos de los peligros.
En un reino lejano vivía una joven llamada Cenicienta, que tras la muerte de su padre quedó al cuidado de su madrastra y sus hermanastras, quienes la trataban con crueldad y la obligaban a realizar todos los trabajos domésticos. Cenicienta era bondadosa y soñaba con una vida mejor, pero su madrastra le impedía asistir al baile que el príncipe organizaba para encontrar esposa.
Un hada madrina apareció en ayuda de Cenicienta y la transformó en una bella princesa con un hermoso vestido, un carruaje mágico y zapatillas de cristal. La hada le advirtió que el hechizo se rompería a medianoche, por lo que Cenicienta debía regresar al baile antes de la hora indicada.
En el baile, Cenicienta conquistó al príncipe con su belleza y amabilidad. Sin embargo, al dar las doce campanadas, el hechizo se rompió y Cenicienta tuvo que huir apresuradamente, dejando atrás una de sus zapatillas de cristal.
El príncipe, enamorado de la misteriosa princesa, decidió encontrarla a toda costa. Probaría la zapatilla de cristal en todas las doncellas del reino hasta encontrar a la dueña legítima. Cuando llegó el turno de Cenicienta, la zapatilla le calzó perfectamente y el príncipe supo que había encontrado a su verdadero amor.
Cenicienta y el príncipe se casaron y vivieron felices para siempre, dejando atrás la vida de sufrimiento y maltrato que Cenicienta había vivido con su madrastra y hermanastras.
Moraleja: La bondad, la paciencia y la perseverancia siempre son recompensadas. Los sueños pueden hacerse realidad con esfuerzo y determinación.
En un reino lejano vivía una bella princesa llamada Blancanieves, cuya madrastra, la reina Grimhilde, era tan vanidosa que la consideraba su rival en belleza. Un día, el espejo mágico le reveló que Blancanieves era la más bella del reino, lo que desató la furia de la reina. Grimhilde ordenó a un cazador que la llevara al bosque y la matara, pero el cazador, conmovido por la inocencia de Blancanieves, la dejó escapar y le mintió a la reina diciéndole que la había matado.
Blancanieves encontró refugio en la casa de los siete enanitos, quienes la acogieron con cariño y la convirtieron en parte de su familia. La reina Grimhilde, sin embargo, no se rindió y disfrazada de una anciana vendedora de manzanas, le ofreció a Blancanieves una manzana envenenada que la sumió en un profundo sueño similar a la muerte.
Al enterarse de lo sucedido, un príncipe que había encontrado a Blancanieves en el bosque y se había enamorado de su belleza, la besó con un amor verdadero, rompiendo el hechizo del sueño eterno. Blancanieves despertó, se casó con el príncipe y vivieron felices para siempre, mientras la malvada reina Grimhilde recibió su merecido castigo.
Moraleja: La belleza interior es más importante que la exterior. La bondad y la generosidad siempre triunfan sobre la maldad.
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